La contaminación lumínica
Hace ya unos cuantos años nos negamos a que pusieran farolas en el acceso a nuestra casa que está en suelo rústico. Alegamos en aquel entonces entre otros factores, la existencia en el lugar de luciérnagas que debíamos proteger.
Os podéis imaginar la mofa que supuso aquel alegato en el entorno del vecindario y del propio consistorio que estaba más que decidido a iluminar nuestros caminos para conseguir vete tu a saber qué. También alegábamos la conservación del cielo oscuro al menos en entornos no urbanos. Me alegra saber que no debemos estar locos.
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